Yulissa tiene 13 años y lleva poco tiempo siendo explotada sexual y comercialmente en lo que considera “un negocio temporal”, al cual llegó sin procurarlo y del que hoy desea salir. Dice que su madre no trabaja, por lo que depende del dinero que ella recibe de los explotadores, en la mayoría extranjeros, que visitan las playas de Boca Chica.
Miralis tiene 12 años y en otra comunidad del país vive una experiencia similar a la de Yulissa, lo que ha provocado en la adolescente huellas físicas y emocionales. Teresita y Luisito también son otras víctimas de esa realidad.
Las historias forman parte del Estudio Abusos a Personas Menores de Edad registrados en 11 fiscalías de República Dominicana, realizado por Unicef, en el que se determinó que en apenas seis meses del año pasado en esas fiscalías se notificaron 1,683 casos de abusos, en menores de 12 a 17 años.
Esta problemática será discutida ampliamente en el país del 16 al 18 de este mes durante el desarrollo del Congreso Subregional sobre Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes, en la que participarán expertos de países de Centroamérica y República Dominicana.
“Cuando me viene (su ma-dre) a hablar de las cosas que hago para ganar dinero, yo le pongo dinero en la mano y ella de una vez se ríe, entonces, me dice, mi hija cuídate, pero ya ella tiene lo suyo. Si no llevo nada, estamos mal”, se narra en la historia de Yulissa, presentada por Unicefh en su estudio.
La historia de Teresita no es menos complicada. Ella vive en Santo Domingo, y con 13 años, ya sostiene a su bebé de siete meses. “La forma de este país obliga a las mujeres a tirarse a la calle. En este país no hay hombres porque los poquitos que hay lo que hacen es embarazar a las niñas. Mi abuela tiene 38 años, ella tuvo a mi mamá con casi 15. Mi mamá me tuvo a mí a los once y ella tiene ahora 24 años”, cuenta.
Testimonio
Teresita explica que es ella quien tiene que mantener a su hijo, y para hacerlo está siendo explotada sexual y comercialmente, porque el padre de su vástago no la ayuda. Unicef destaca que no sólo las niñas suelen ser víctimas de explotación sexual comercial, sino que también los niños son utilizados a cambio de remuneración en dinero o especie, ya sea a cambio de comida, ropa u otros artículos.
“Primero ayudaba a mi mamá a vender yaniqueques en la playa, después me quedé limpiando zapatos con los muchachos, y después de ahí, nos pusimos a guiar turistas a la tienda. Uno los saluda, se hace amigo de ellos, les va hablando, hasta que uno le pregunta qué quiere y nos dice”, cuenta Luisito, otro niño víctima de explotación sexual comercial.
EDAD DE LAS VÍCTIMAS VA DE LOS 12 A 17 AÑOS
De los 1,683 casos reportados en 11 fiscalías del país, durante seis meses del año pasado, el 35.6% se registró en la Fiscalía de Delitos Sexuales de Santo Domingo, mientras la que menos registró fue la de Samaná, con 35 casos. En el 100 por ciento de los casos las víctimas tienen edades entre 12 y 17 años.
Las fiscalías donde se realizó el estudio corresponden a las ciudades de Samaná, Santo Domingo, Distrito Nacional, Higu¨ey, Santiago, Puerto Plata, Dajabón y San Cristóbal.
En torno al congreso subregional, Unicef indica que en el mismo se analizarán los avances y desafíos en la subregión en la lucha contra la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes.
Además, se dará seguimiento al III Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Infantil, celebrado en Brasil en el 2008, en el cual los países de América Latina y el Caribe se comprometieron, entre otras cosas, a definir una agenda regional de combate a ese tipo de explotación y discutir un sistema de indicadores que permita verificar el avance en los niveles nacionales y regionales.
Miralis tiene 12 años y en otra comunidad del país vive una experiencia similar a la de Yulissa, lo que ha provocado en la adolescente huellas físicas y emocionales. Teresita y Luisito también son otras víctimas de esa realidad.
Las historias forman parte del Estudio Abusos a Personas Menores de Edad registrados en 11 fiscalías de República Dominicana, realizado por Unicef, en el que se determinó que en apenas seis meses del año pasado en esas fiscalías se notificaron 1,683 casos de abusos, en menores de 12 a 17 años.
Esta problemática será discutida ampliamente en el país del 16 al 18 de este mes durante el desarrollo del Congreso Subregional sobre Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes, en la que participarán expertos de países de Centroamérica y República Dominicana.
“Cuando me viene (su ma-dre) a hablar de las cosas que hago para ganar dinero, yo le pongo dinero en la mano y ella de una vez se ríe, entonces, me dice, mi hija cuídate, pero ya ella tiene lo suyo. Si no llevo nada, estamos mal”, se narra en la historia de Yulissa, presentada por Unicefh en su estudio.
La historia de Teresita no es menos complicada. Ella vive en Santo Domingo, y con 13 años, ya sostiene a su bebé de siete meses. “La forma de este país obliga a las mujeres a tirarse a la calle. En este país no hay hombres porque los poquitos que hay lo que hacen es embarazar a las niñas. Mi abuela tiene 38 años, ella tuvo a mi mamá con casi 15. Mi mamá me tuvo a mí a los once y ella tiene ahora 24 años”, cuenta.
Testimonio
Teresita explica que es ella quien tiene que mantener a su hijo, y para hacerlo está siendo explotada sexual y comercialmente, porque el padre de su vástago no la ayuda. Unicef destaca que no sólo las niñas suelen ser víctimas de explotación sexual comercial, sino que también los niños son utilizados a cambio de remuneración en dinero o especie, ya sea a cambio de comida, ropa u otros artículos.
“Primero ayudaba a mi mamá a vender yaniqueques en la playa, después me quedé limpiando zapatos con los muchachos, y después de ahí, nos pusimos a guiar turistas a la tienda. Uno los saluda, se hace amigo de ellos, les va hablando, hasta que uno le pregunta qué quiere y nos dice”, cuenta Luisito, otro niño víctima de explotación sexual comercial.
EDAD DE LAS VÍCTIMAS VA DE LOS 12 A 17 AÑOS
De los 1,683 casos reportados en 11 fiscalías del país, durante seis meses del año pasado, el 35.6% se registró en la Fiscalía de Delitos Sexuales de Santo Domingo, mientras la que menos registró fue la de Samaná, con 35 casos. En el 100 por ciento de los casos las víctimas tienen edades entre 12 y 17 años.
Las fiscalías donde se realizó el estudio corresponden a las ciudades de Samaná, Santo Domingo, Distrito Nacional, Higu¨ey, Santiago, Puerto Plata, Dajabón y San Cristóbal.
En torno al congreso subregional, Unicef indica que en el mismo se analizarán los avances y desafíos en la subregión en la lucha contra la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes.
Además, se dará seguimiento al III Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Infantil, celebrado en Brasil en el 2008, en el cual los países de América Latina y el Caribe se comprometieron, entre otras cosas, a definir una agenda regional de combate a ese tipo de explotación y discutir un sistema de indicadores que permita verificar el avance en los niveles nacionales y regionales.
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