El presidente Danilo Medina manifestó ayer que no va a aceptar que se acuse a República Dominicana de racista, violador de los derechos humanos y que comete discriminación contra la población haitiana que se ha radicado de forma irregular en suelo dominicano, al precisar que por el contrario aquí estos extranjeros conviven sin recibir malos tratos.
El mandatario habló en La Habana, Cuba, en un foro en el que participaron 33 estados latinoamericanos, escenario que aprovechó el ministro de San Vicente y Las Granadinas, Ralph Gonsalves, para repetir que la nación dominicana es racista y viola los derechos de los haitianos.
“República Dominicana ha sido el Estado más solidario con la República de Haití. Yo no creo que el señor Gonsalves haya hecho por Haití lo que ha hecho la República Dominicana”, manifestó.
A seguidas el texto íntegro del discurso
Lamento mucho que un acto de la magnitud histórica del que estamos celebrando, se haya desviado con discursos como los que se han pronunciado aquí.
No tenía la intención de volver a hablar sobre el tema República Dominicana y Haití, pero dado el hecho de que este discurso se ha trasmitido por televisión, no puedo dejar que América Latina que ve el canal Unasur como un instrumento de información permanente, tenga que recibir informaciones distorsionadas y que la República Dominicana estando presente guarde silencio.
El día de ayer tuve la oportunidad en el retiro de presidentes, de aclarar todas estas acusaciones ya un poco manidas y repetitivas del señor Gonsalves, “Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y Las Granadinas.
Aclaré en el día de ayer que en la República Dominicana para nosotros es inaceptable que nos quieran acusar de racistas, que nos quieran acusar de discriminación y que nos quieran acusar de violación a los derechos humanos.
No lo aceptamos. Sencillamente para nosotros es inaceptable. Yo no creo que el señor Gonsalves haya hecho por Haití lo que ha hecho la República Dominicana. Por tanto no aceptamos la acusación de discriminación que se nos quiere endilgar en este foro. República Dominicana ha sido el Estado más solidario con la República de Haití. Quiero que sepan que en este momento en la República Dominicana residen alrededor de un millón de ciudadanos haitianos, la mayoría de los cuales son indocumentados.
No tienen ningún documento y transitan libremente por las calles de la República Dominicana sin que ningún policía ni nadie, ni ningún inspector de Migración les detenga para preguntarle si tiene un pasaporte, si tiene una visa para residir en la República Dominicana.
Esos haitianos en este momento ocupan el 80% de los trabajos en el sector agropecuario y una cantidad similar en el sector de la construcción.
Su participación también en el sector turístico va creciendo conforme pasan los meses y en la República Dominicana no se le pone ningún obstáculo a pesar de que tenemos una ley laboral que establece que la composición en cualquier centro de trabajo entre nacionales y extranjeros no debe exceder de una composición 20-80, o sea 20 por ciento extranjero y 80% de dominicano. Sin embargo el Estado dominicano mira para otro lado cuando se trata de Haití. En ocasión del terremoto que sacudió a la hermana República de Haití, nuestro país incluso entregó un aeropuerto para que sirviera de base de las operaciones internacionales que venían en ayuda de la hermana República de Haití.
Caravanas de dominicanos de todos los sectores sociales fueron a la frontera con Haití a llevar cuanta cosa pudieron recoger para ayudar a nuestros hermanos.
Después del terremoto, Haití se quedó sin puertos marítimos y toda la mercancía desde el 2010 que ingresa al mercado haitiano, entra por los puertos de la República Dominicana.
El año 2012 para ser específico, 11,676 furgones de mercancías entraron por los puertos de Santo Domingo y transitaron por las calles del país para ir en auxilio de Haití. Y estamos dispuestos a seguir apoyando a Haití hasta tanto puedan tener reconstruidas sus estructuras marítimas para que los barcos puedan llegar directamente a la hermana República de Haití.
Derechos humanos
No se puede acusar de violación de derechos humanos a un país que garantiza el acceso a la educación, el acceso a la salud sin importar el estatus legal de las personas.
Hoy en día en los hospitales de la República Dominicana el 13% de todos los partos que se hacen son a madres haitianas, y no solamente a mujeres haitianas que residen en el territorio de la República Dominicana, sino a mujeres que cruzan la frontera para dar a luz en un hospital de República Dominican porque le sale más económico en nuestro país que es gratis y en Haití tienen que pagar por la realización de ese parto.
Nosotros estamos gastando RD$5,300 millones para atender a ciudadanos haitianos en asuntos de salud. Eso significa más de cien millones de dólares.
La cantidad de remesas que mandan los haitianos que residen en la República Dominicana es superior a cientos y cientos de millones de dólares; dos o trescientos, cuatrocientos. No tenemos cuantificación que son necesarios para dinamizar la economía haitiana.
Todo eso ocurre en un país que quieren llamar racista, que discrimina. Cómo puede considerarse que República Dominicana es un país racista si más del 80% de nuestra población está constituida por negros y mulatos.
Cómo se puede acusar a los dominicanos de tener una actitud racial frente a los haitianos, si conviven con nosotros en todas las calles del país.
Yo invito a cualquiera que quiera visitar la República Dominicana y que chequee las personas que están en las calles para que vean que los hermanos haitianos circulan por las calles de la Repúbica Dominicana y conviven con nuestros compatriotas dominicanos.
Otro asunto es la educación; violar los derechos humanos sería negarles el derecho al acceso a la salud y a la educación a los ciudadanos haitianos. Hoy tenemos 54 mil estudiantes haitianos en la República Dominicana, 36 mil están en las escuelas y 15 mil en las universidades pagando el mismo costo que pagan los dominicanos nacionales. Cómo puede entonces considerarse que la República Dominicana puede violentar los derechos humanos.
Yo creo que el señor Gonsalves ha llegado muy lejos. Yo le quiero pedir señor Ralph que gobierne en San Vicente y Granadinas, y a la República Dominicana le permita que gobernemos nosotros. Nosotros no aceptamos de ninguna manera que usted quiera imponerse a la soberanía de un Estado democrático que tiene instituciones que respetar.
La nueva Constitución de la República Dominicana establece en su artículo 184 que las decisiones que emanan del Tribunal Constitucional, son definitivas, irrevocables y vinculantes a todos los poderes del Estado.
Diálogo con Haití
Nosotros vivimos en un régimen de derechos. Si el Presidente de la República no aplica la sentencia del Tribunal Constitucional se expone, incluso, a un juicio político en el Congreso de la República por violación a la Constitución. De todas maneras nosotros estamos trabajando con el gobierno de Haití en buscar una salida a los casos en que tengamos que atender. No es cierto que en la República Dominicana se le ha quitado la nacionalidad a nadie. Yo no le puedo quitar lo que no tenían algunas personas.
La nacionalidad en República Dominicana se obtiene por mecanismos que están establecidos en nuestra Constitución, por condiciones constitucionales y puede ser que mucha gente tenga la confusión de entender que la sentencia, “la 168-13”, llegó hasta 1929, hasta el 2010, mucha gente puede entender que fue una sentencia de carácter retroactivo.
Pero sucede que todas las Constituciones de la República Dominicana desde 1929 hasta la fecha establecen las mismas condiciones de cómo se obtiene la ciudadanía en la República Dominicana. Y lo que está haciendo esa sentencia es mandando a regular a las personas que viven de manera irregular en la República Dominicana, de los cuales varias decenas de miles son personas que viven en un limbo jurídico, que no tienen estatus definido en la República Dominicana.
Este proceso migratorio que soberanamente la República Dominicana va a celebrar y que no aceptamos imposiciones de nadie. No importa que el país sea chiquito o sea grande.
Es una decisión soberana, porque el asunto de residencia y nacionalidad le corresponde a los estados soberanos y nosotros somos un Estado soberano y no aceptamos que nadie absolutamente nadie juegue con la soberanía dominicana. Porque el día que yo tenga que declinar como Presidente de la República la situación de soberanía, entonces no merezco ser el presidente de mi país.
Discurso Martelly
Por tales razones yo exijo respeto por República Dominicana. El que tenga que disentir de nosotros tiene todo el derecho de disentir, pero que lo haga respetando nuestro derecho como nación independiente y soberana. Afortunadamente el presidente Martelly, cuyo discurso de ayer saludo, ha anunciado que está en las condiciones de continuar el diálogo que tenemos y yo siento que esa es la salida para este problema que tenemos. En ese diálogo en el que estamos abordando, no solamente asuntos migratorios, sino temas que conciernen a ambos países para mejorar las condiciones de vida de nuestra gente.
En ese diálogo, nosotros buscaremos la salida que sea necesaria para resolver este impasse, porque mientras yo sea presidente de la República Dominicana, en mi país no se van a violentar los derechos de nadie. Yo quiero regularizar, pero respetando todos los derechos de todas las personas. En este proceso tendremos varias etapas, a los que tengan que recibir una visa de residencia, se les entregará una visa de residencia; los que quieran una visa de paseo, una visa de paseo; los que quieran un permiso de trabajo, tendrán un permiso de trabajo y los que digan que tienen el derecho adquirido para ser nacionales dominicanos, nos estamos proponiendo someter al Congreso Nacional una ley de naturalización para recoger a esas personas que no tienen un limbo definido en términos jurídicos en la República Dominicana.
Y lo vamos a hacer porque creemos en eso, porque estamos comprometidos con eso, porque creemos que ningún pueblo puede avanzar violentando los derechos de ninguna persona. Y nosotros en República Dominicana nunca hemos sido sentados en un banquillo para acusarnos de violación de derechos humanos y por tanto no lo podemos aceptar.
Excúsenme que haya tenido que hablar de esta manera, pero ese discurso no podía dejar que quedara en el aire sin que nosotros dijéramos qué cosas pasan en la República Dominicana. Muchas gracias.
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