Este mecanismo se aplica siempre que la Policía enfrenta altos niveles de presión por crímenes con importantes implicaciones sociales.
Cuando se producen estos casos, la Policía suele informar que tiene a equis cantidad personas apresadas. Pero en su afán de demostrar que las “investigaciones están avanzadas” o que “marchan a buen ritmo”, caen en la indelicadeza de mencionar nombres, apellidos y direcciones de gente que luego se determina no tenían nada que ver con el asunto investigado.
Como la Policía no aclara posteriormente que esas personas no eran las que buscaban, ante la opinión pública quedan entonces como implicados. Esto les produce un daño moral que no es debidamente reparado por la institución responsable de la seguridad ciudadana.
Solo algunos ejemplos
Los casos se cuentan por decenas. Unade estas ocasiones se produjo cuando en noviembre pasado una pareja planificó la muerte de una pareja de ancianos y de sus domésticas, en el sector Evaristo Morales, en la capital.
Este hecho ocurrió en noviembre del pasado año. Por lo horrendo de estas muertes, la Policía tenía el agua al cuello con la presión social que esto generó.
En menos de 48 horas, la Policía dijo que tenía “buenas pistas” de los responsables y anunció el apresamiento del cobrador de una guagua en San Juan de la Maguana, nombre y apellido incluidos.
Días después, los responsables de estas muertes fueron apresados y el cobrador liberado.
Pero a la sociedad dominicana no se le explicó nunca si el cobrador arrestado tenía realmente algún tipo de vinculación con esas muertes, porque en la Policía ni siquiera informaron su puesta en libertad.
Cuando mataron al exlanzador de Grandes Ligas Pascual Pérez (Cutá), la Policía volvió a mencionar varios nombres y se refirió a ellos como presuntos autores de ese asesinato.
Los verdaderos culpables fueron unos jóvenes vendedores de drogas vecinos de Pérez, pero la Policía tampoco rectificó diciendo que los anteriores estaban libres de culpa.
Castro dice que actuará apegado a transparencia
“Cada vez que ustedes vean una investigación que realiza la Policía Nacional, mientras el mayor general Castro Castillo sea el jefe, podrán estar seguros de que es incuestionable de que hay una acusación formal; que hay un vínculo o una sospecha legítima con relación a esa persona”, dijo Moquete. Aseguró que en la jefatura de Castro Castillo, la profesionalidad y la transparencia en las actuaciones policiales serán consideradas como una norma.