WASHINGTON, 27 Nov 2012 (AFP) - Estados Unidos sigue de cerca el desarrollo de los acontecimientos en Egipto, donde miles de manifestantes protestan en El Cairo contra la ampliación de poderes que se atribuyó el presidente Mohamed Mursi.
La situación evoluciona, dijo la portavoz del departamento de Estado, Victoria Nuland, relativizando temores de que el islamista Mursi, electo luego del derrocamiento de Hosni Mubarak en 2011, se esté convirtiendo en un autócrata.
"La situación continúa siendo poco clara", dijo Nuland a los periodistas, agregando que Washington continúa "consultando con varias partes para comprender como evalúan la situación".
La administración del presidente Barack Obama quiere que se ponga fin "al impase constitucional (...) que protege un tránsito positivo, democrático hacia la constitución, protege el equilibrio de poderes, protege los derechos de todos los egipcios".
Los manifestantes egipcios reaccionan ante un decreto anunciado la semana pasada por Mursi, que lo habilita a "aprobar cualquier resolución o ley en forma definitiva y no sujeta a apelación".
El decreto lo enfrenta al poder judicial y consolidó a una oposición muy dividida, que lo acusa de asumir poderes dictatoriales, incrementando los temores de que los grupos islámicos extenderán su influencia.
Nuland subrayó que Mursi había mantenido conversaciones con miembros del poder judicial y con otros líderes egipcios luego de emitir el decreto.
"Creo que todavía no sabemos cuál será el resultado de esas conversaciones, pero esa actitud está lejos de la de un autócrata que dice 'Es lo que yo digo o nada'".
El domingo Mursi destacó que su decreto es temporario, hastas que una nueva constitución post-Mubarak sea aprobada y se celebren elecciones.
No obstante, columnas de manifestantes avanzaban este martes hacia la célebre plaza Tahrir del centro de la ciudad, hacia donde progresivamente llegaba cada vez más gente que protestaba contra la deriva "dictatorial" del nuevo poder.