Después de que los aviones franceses comenzaran los bombardeos, Reino Unido y Estados Unidos se unen a la acción y lanzan 112 misiles contra las fuerzas de Gadafi. La operación se denomina «Odisea del Amanecer». Obama asegura que sus tropas terrestres no intervendrán y Francia avisa que no pararán hasta que Gadafi ceda. El dictador envía un mensaje a los líderes occidentales: «Los libios morirán por mí». El líder libio ignora la resolución de la ONU y ataca Bengasi por tierra y aire.
La intervención militar occidental en Libia ya está en marcha. Cuando 20 aviones del ejército francés abrieron fuego sobre las fuerzas de Gadafi por primera vez a las 17.45, fue el primer paso para una acción de castigo contra las fuerzas fieles al dictador libio que luego continuaron Estados Unidos y el Reino Unido. La que ha sido bautizada como operación «Odisea del Amanecer» ha comenzado con el fin, según Francia, de que Gadafi cumpla «al pie de la letra» la resolución de la ONU.
Es el resultado de la Cumbre de París celebrada esta mañana, en la que los mandatarios occidentales decidieron cómo plasmar la resolución del Consejo de Seguridad la ONU aceptada en la noche del viernes. A última hora de la tarde, el Reino Unido, a través de su primer ministro David Cameron, ha anunciado que se ha unido a los ataques contra las fuerzas de Gadafi, mientras que Estados Unidos ha confirmado que ha lanzado su primer ataque de misil Tomahawk contra Libia. Aviones de combate británicos han atacado objetivos en el país árabe en lo que Cameron considera una acción militar es «necesaria, legal y correcta». El Pentágono ha confirmado que los dos países anglosajones han lanzado 112 misiles Tomahawk contra unos 20 objetivos libios.
El objetivo de la operación es asegurar el alto el fuego en cumplimiento con la resolución de la ONU. «El alto el fuego abarca el este y el oeste del país», destacó el almirante estadounidense Bill Gortney, quien insistió en que la operación que acaba de arrancar tendrá «varias fases» y podría prolongarse durante «horas o días». «Lo más de 110 misiles de crucero Tomahawk lanzados desde barcos y submarinos estadounidenses alcanzaron más de 20 sistemas de defensa aérea integrados y otras instalaciones de defensa», afirmó el responsable de informar de las acciones militares estadounidenses durante su comparecencia ante los medios.
El presidente francés, Nicolás Sarkozy, aseguraba tras la reunión en París que «ya hemos impedido ataques y aviones franceses están preparados para impedir nuevos ataques». Poco después, el portavoz del ministerio de Defensa, Laurent Teisseire, afirmaba que «las operaciones han empezado esta tarde» y que los aviones franceses están sobrevolando Libia para proteger a la población civil. «Unos veinte aparatos» en total participan en la operación, según aclaró después el portavoz del estado mayor francés, Thierry Burckhard.
La confirmación de la actuación gala llegó cuando el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas confirmó que un avión de combate francés efectuó su primer disparo en Libia a las 17.45 del sábado contra un «vehículo indeterminado», que quedó totalmente destrozado. Según Al Jazira, los aviones de combate franceses han disparado contra cuatro tanques que quedaron destruidos, sin dar más detalles.
Sarkozy dijo que los reunidos en París decidieron aplicar «todos los medios necesarios, incluidos los militares» para garantizar la aplicación de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad. «Desde ayer, enviamos una advertencia de que sin un alto el fuego inmediato, recurriríamos a medios militares», dijo el presidente en una declaración en el palacio del Elíseo al término de la Cumbre.
El líder libio «ha menospreciado esta advertencia» y «ha intensificado» su ofensiva, aseguró Sarkozy. «Es todavía tiempo para Gadafi» para que cumpla con todos los requerimientos de la comunidad internacional, agregó el jefe del Estado francés, quien afirmó: «Nuestra determinación es total, lo digo con solemnidad». «Es una decisión grave», reconoció el presidente, quien garantizó que «Francia está decidida a asumir su papel ante la historia».
Mientras, el presidente de EEUU, Barack Obama, confirmó desde Brasil la participación de su país en el ataque. Obama le recordó a Gadafi que «los actos tienen consecuencias», al justificar la decisión de Estados Unidos de participar en una ofensiva contra el régimen libio por sus ataques contra civiles, y aseguró que las tropas terrestres norteamericanas no entrarán en el país. «Hoy he autorizado a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos a que lancen una acción limitada contra Libia. Mo es algo que EEUU o nuestros aliados hayamos buscado, pero no podemos quedarnos quietos cuando un tirano le dice a su pueblo que no tendrá piedad. Soy muy consciente de los riesgos que esta iniciativa conlleva», destacó Obama.
Poco después del inicio de los ataques, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, avanzó que los estadounidenses «participarán plenamente en la operación» contra el régimen de Gadafi, y que con el Reino Unido «la colaboración ha sido total». Juppé, en una entrevista a la cadena de televisión France 2, insistió en que la intervención «no es una operación europea, es una operación internacional» que tiene mandato de la ONU y con una participación árabe que era «muy importante» para Francia.
Juppé advirtió de que la acción militar contra el régimen de Gadafi se va a mantener «en los próximos días» hasta que el líder libio ceda y cumpla «al pie de la letra» la resolución de la ONU. «No vamos a imponer un régimen a Libia, vamos a ayudarles a liberarse», añadió antes de decir más adelante que «el objetivo de todo esto es que el pueblo libio pueda elegir su destino» y que a él le da la impresión de que si tienen libertad no querrán que siga en el poder.
La intervención militar occidental en Libia ya está en marcha. Cuando 20 aviones del ejército francés abrieron fuego sobre las fuerzas de Gadafi por primera vez a las 17.45, fue el primer paso para una acción de castigo contra las fuerzas fieles al dictador libio que luego continuaron Estados Unidos y el Reino Unido. La que ha sido bautizada como operación «Odisea del Amanecer» ha comenzado con el fin, según Francia, de que Gadafi cumpla «al pie de la letra» la resolución de la ONU.
Es el resultado de la Cumbre de París celebrada esta mañana, en la que los mandatarios occidentales decidieron cómo plasmar la resolución del Consejo de Seguridad la ONU aceptada en la noche del viernes. A última hora de la tarde, el Reino Unido, a través de su primer ministro David Cameron, ha anunciado que se ha unido a los ataques contra las fuerzas de Gadafi, mientras que Estados Unidos ha confirmado que ha lanzado su primer ataque de misil Tomahawk contra Libia. Aviones de combate británicos han atacado objetivos en el país árabe en lo que Cameron considera una acción militar es «necesaria, legal y correcta». El Pentágono ha confirmado que los dos países anglosajones han lanzado 112 misiles Tomahawk contra unos 20 objetivos libios.
El objetivo de la operación es asegurar el alto el fuego en cumplimiento con la resolución de la ONU. «El alto el fuego abarca el este y el oeste del país», destacó el almirante estadounidense Bill Gortney, quien insistió en que la operación que acaba de arrancar tendrá «varias fases» y podría prolongarse durante «horas o días». «Lo más de 110 misiles de crucero Tomahawk lanzados desde barcos y submarinos estadounidenses alcanzaron más de 20 sistemas de defensa aérea integrados y otras instalaciones de defensa», afirmó el responsable de informar de las acciones militares estadounidenses durante su comparecencia ante los medios.
El presidente francés, Nicolás Sarkozy, aseguraba tras la reunión en París que «ya hemos impedido ataques y aviones franceses están preparados para impedir nuevos ataques». Poco después, el portavoz del ministerio de Defensa, Laurent Teisseire, afirmaba que «las operaciones han empezado esta tarde» y que los aviones franceses están sobrevolando Libia para proteger a la población civil. «Unos veinte aparatos» en total participan en la operación, según aclaró después el portavoz del estado mayor francés, Thierry Burckhard.
La confirmación de la actuación gala llegó cuando el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas confirmó que un avión de combate francés efectuó su primer disparo en Libia a las 17.45 del sábado contra un «vehículo indeterminado», que quedó totalmente destrozado. Según Al Jazira, los aviones de combate franceses han disparado contra cuatro tanques que quedaron destruidos, sin dar más detalles.
Sarkozy dijo que los reunidos en París decidieron aplicar «todos los medios necesarios, incluidos los militares» para garantizar la aplicación de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad. «Desde ayer, enviamos una advertencia de que sin un alto el fuego inmediato, recurriríamos a medios militares», dijo el presidente en una declaración en el palacio del Elíseo al término de la Cumbre.
El líder libio «ha menospreciado esta advertencia» y «ha intensificado» su ofensiva, aseguró Sarkozy. «Es todavía tiempo para Gadafi» para que cumpla con todos los requerimientos de la comunidad internacional, agregó el jefe del Estado francés, quien afirmó: «Nuestra determinación es total, lo digo con solemnidad». «Es una decisión grave», reconoció el presidente, quien garantizó que «Francia está decidida a asumir su papel ante la historia».
Mientras, el presidente de EEUU, Barack Obama, confirmó desde Brasil la participación de su país en el ataque. Obama le recordó a Gadafi que «los actos tienen consecuencias», al justificar la decisión de Estados Unidos de participar en una ofensiva contra el régimen libio por sus ataques contra civiles, y aseguró que las tropas terrestres norteamericanas no entrarán en el país. «Hoy he autorizado a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos a que lancen una acción limitada contra Libia. Mo es algo que EEUU o nuestros aliados hayamos buscado, pero no podemos quedarnos quietos cuando un tirano le dice a su pueblo que no tendrá piedad. Soy muy consciente de los riesgos que esta iniciativa conlleva», destacó Obama.
Poco después del inicio de los ataques, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, avanzó que los estadounidenses «participarán plenamente en la operación» contra el régimen de Gadafi, y que con el Reino Unido «la colaboración ha sido total». Juppé, en una entrevista a la cadena de televisión France 2, insistió en que la intervención «no es una operación europea, es una operación internacional» que tiene mandato de la ONU y con una participación árabe que era «muy importante» para Francia.
Juppé advirtió de que la acción militar contra el régimen de Gadafi se va a mantener «en los próximos días» hasta que el líder libio ceda y cumpla «al pie de la letra» la resolución de la ONU. «No vamos a imponer un régimen a Libia, vamos a ayudarles a liberarse», añadió antes de decir más adelante que «el objetivo de todo esto es que el pueblo libio pueda elegir su destino» y que a él le da la impresión de que si tienen libertad no querrán que siga en el poder.