Edward Snowden es un exempleado de la CIA que «no espera regresar a casa».
El responsable de una de las filtraciones más importantes de la historia de Estados Unidos se llama Edward Snowden y «no tiene miedo».
Ha sido el propio diario «The Guardian» el que ha sacado a la luz su fuente. Snowden, de 29 años y exempleado de la CIA, asegura que nunca tuvo la «intención de esconderse porque sabe que no ha hecho nada malo». Desde el momento en que tomo la decisión de poner al descubierto montones de documentos clasificados sabía a que se enfrentaba: «sé que me harán sufrir por mis actos».
Snowden dejó su trabajo en NSA Hawai hace solo tres semanas, llevando consigo todos los docuemntos filtrados. Llevaba cuatro años encadenando contratos con la seguridad estadounidense. Ahora permanece oculto en un hotel de Hong Kong.
En un vídeo que acompaña a su confesión en «The Guardian», Snowden hace las siguientes declaraciones: «Todo el mundo puede ser un objetivo de la NSA. Yo mismo, sentado en mi escritorio, podría haber espiado sus conversaciones y habérselas pasado a un juez federal».
Una semana de filtraciones a goteo
Durante la semana los diarios británicos The Guardian y el Washington Post informaron de que la NSA y el FBI tienen acceso a millones de registros telefónicos del operador de telecomunicaciones Verizon durante períodos de tres meses, tras la autorización de un reducido grupo de jueces federales.
Posteriormente, los periódicos revelaron un programa secreto conocido como PRISM que permite a la NSA ingresar directamente en los servidores de 9 de las mayores empresas de internet estadounidenses (incluidas Google, Facebook, Microsoft o Apple) para espiar contactos en el extranjero de sospechosos de terrorismo.
El diario británico mantuvo en los días siguientes el hiriente goteo de filtraciones para la Casa Blanca, al revelar el programa de “datamining” (explotación de datos) que la NSA utiliza para procesar datos y determinar el origen de la información que vigila.
El programa de alto secreto llamado “Boundless Informant” clasifica por características la información que recopila la NSA, no el contenido, y mantiene un registro de qué países son el principal objetivo del espionaje digital estadounidense.
Los nuevos documentos secretos filtrados indican que la NSA recopiló cerca de 3.000 millones de piezas de información de ordenadores estadounidenses en 30 días en marzo, pese a que el área de acción de esa agencia esta orientada principalmente al ciberespionaje en el exterior.
Según esta nueva filtración Irán fue el país del que la NSA obtuvo el mayor volumen de información de inteligencia, seguido de Pakistán, Jordania, Egipto e India, mientras que China, Arabia Saudí y el propio territorio estadounidenses, son otras “zonas calientes”.
La «excusa» del terrorismo
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 la NSA, dependiente del Pentágono y con más de 37.000 empleados civiles y militares, consiguió poderes más amplios para controlar las comunicaciones dentro y fuera de Estados Unidos y filtrar montañas de datos que permitan un día desmontar un complot terrorista.
La mayoría de las reglas por las que se rige la más opaca agencia federal estadounidense son en su mayoría secretas y son conocidas en detalle por un puñado de asesores del presidente Barack Obama, legisladores (algunos de los cuales han pedido información que les ha sido negada) y jueces en Washington.
La propia existencia de la NSA, creada en 1952 por el presidente Harry Truman, se ocultó durante más de 20 años, y pese a la llegada de Obama y sus llamadas por la transparencia sus poderes siguen siendo tan amplios ahora como durante los años de George W. Bush.